EN 1942, se crea el Oxford committee for famine relief (OXFAM) para luchar contra la hambruna provocada por la ocupación nazi en Grecia. En 1960 dirige la campaña de las Naciones Unidas y de la FAO, para luchar contra las penurias alimentarias y para la autosuficiencia alimentaria.
Ya en 1964 hace hincapié en la comercialización en los países del norte de productos elaborados en los países del sur por pequeños artesanos, y a precios equitables. En 1990 recauda 1 millón de libras para ayudar 350000 personas en Etiopia y Sudan.
No dudamos que Oxfram se ha creado para aliviar los mas necesitados sin embarco su giro en 2002 nos deja perplejos.
En 2002 se compromete en una campaña (llamada dos pesos dos medidas) preconizando la mejora del comercio para luchar contra la pobreza.
En su informe aboga “El comercio puede constituir un motor potente para el crecimiento y la reducción de la pobreza, los países pobres tienen que tener acceso a los mercados de los países ricos.
Según Kevin Watkins el consejero de Oxfram las exportaciones podrían permitir a los países pobres y a los productores un acceso más extenso al mercado a fin de aumentar sus ingresos, crear empleo e inversión. Fue el caso de Vietnam y de Uganda en los años 90 cuando la producción a pequeña escala era muy importante.
Sin embargo Oxfram no dice nada sobre el hecho que la dependencia a los mercados exteriores- fuera de todo control- no es apta a dar al tercer mundo una seguridad en el tiempo que resista a la adversidad.
Oxfram que empezó como asociación luchando contra el hambre parece haber olvidado sus raíces.
La Banca Mundial exije de los países del sur que transformen su agricultura tradicional por una que sea exportable.
El informe de Oxfram no señala que más exportaciones hacia el norte es menos consumo en los países pobres.
Los recursos naturales de los países del sur son acaparados para producir alimentos para el mercado exterior, preparando las condiciones de la escasez para los más indefensos.
La idea de dar la prioridad a una autonomía local está ausente del informe, como cualquier propuesta de una alternativa a la mundialización.
Una de estas propuestas seria una relocalización de la producción con reconstrucción y diversificación de las economías locales.
En este contexto el comercio internacional serviría a intercambiar los bienes que no pueden ser producidos localmente conforme a su vocación primera.
Dar la prioridad a las exportaciones solo beneficia a los gigantes del comercio (todos podemos comprobar que muchas marcas intenten mejorar su imagen creando una gama comercio justo) y se hace al detrimento de la seguridad alimentaria, despoja las comunidades locales de sus recursos naturales.
La critica la más emotiva al nuevo enfoque de Oxfram fue emitida en Seattle por Sarah Larraín, militante de una ONG chilena.
¿Por qué la gente del norte se imagina que las exportaciones son algo bueno para nosotros? Destruyen nuestro medio ambiente y crean desigualdad.
Se ha podido comprobar cuanto tenía razón, especialmente en el caso de Chile. La producción en masa de salmón para la exportación a estados unidos, ha contaminado seriamente los fiordos y en la actualidad los salmones son destruidos por una enfermedad arruinando los que se habían lanzado temerariamente en este mercado.
“PARA MUCHOS PAISES DE AFRICA UNA DECONEXCION DEL MERCADO SERIA SUFIFIENTE PARA ALIVIAR RAPIDAMENTE LA MISERIA Y CREAR UN BIEN ESTAR FUERA DEL CONSUMISMO”. Serge Latouche
En conclucion el comecio justo y el comercio en general norte-sur no es la solución para los países del sur.