jueves, 14 de junio de 2012

PROYECTO DE COOPERATIVA INTEGRAL EN CABO DE GATA




Profundizando en la teoría del Decrecimiento y bajo el paraguas del nuevo movimiento social del 15M, el Grupo de Decrecimiento de San José impulsa el  proyecto de  Cooperativa Integral  Cabo de Gata para poner en práctica esta nueva manera de entender la vida en todos sus aspectos. En la actualidad se está tramitando la constitución legal de la Cooperativa, trabajando sobre los posibles proyectos a desarrollar y recopilando  toda la información necesaria para explicar próximamente, en un acto de presentación,  todos los detalles.
Tomamos como referentes el movimiento de las ciudades en transición (Transition Towns) y otros proyectos de cooperativas integrales que están funcionando o gestándose en otros lugares. Entendemos que estos surgen como respuesta y alternativa al abuso ejercido por el sistema capitalista a la dignidad de las personas, combinando el ecologismo radical con las luchas sociales históricas antiautoritarias y no violentas.
Son iniciativas de transición que permiten construir una forma de vida donde ni la banca ni el estado serán necesarios.
Ante la creciente desnaturalización de nuestro entorno, las cooperativas integrales vuelven a situar al ser humano y a la naturaleza en un primer plano.
Están apoyadas sobre distintas formas jurídicas legales que permiten cubrir las necesidades vitales de las personas que las conforman.
Frente a los valores del capitalismo global como son: la competitividad, la explotación, el crecimiento sin límites, la productividad, el hiperconsumo, las desigualdades sociales… en las cooperativas integrales se apuesta por el altruismo, el reparto del trabajo, la creatividad, el consumo responsable, la soberanía alimentaria, la igualdad, la ausencia de liderazgos, la autosuficiencia, la primacía de lo local y el respeto por los animales y el medio ambiente del que todos somos absolutamente interdependientes.
Entre los objetivos de una cooperativa integral está la creación de una red de intercambios de bienes, servicios y  conocimientos entre personas y entidades sociales con la voluntad de recuperar la dimensión ética y humana de las actividades económicas, impulsando una economía basada en la confianza, la reciprocidad, la solidaridad, la cooperación y la ecología sostenible, operando al margen de las reglas del mercado capitalista. Creando un espacio donde crezcan los productos ecológicos libres de transgénicos y tóxicos en general.
Alentando servicios realmente necesarios para el día a día y proyectos de autoempleo vinculados a las necesidades reales.
Las cooperativas integrales son una puerta abierta para pasar a la acción, haciendo que las personas seamos responsables de nuestra existencia a todos los niveles.
En cuanto al funcionamiento y la metodología la idea básica es que si podemos autogestionar la política también podemos autogestionar la economía.
En una cooperativa integral se impulsa la democracia directa participativa, funcionando por consenso o amplia mayoría, en un sistema asambleario que supone inclusión, horizontalidad, ausencia de jerarquías y liderazgos, transparencia y debates abiertos.
Las asambleas son soberanas y todos los acuerdos son revocables.
Los intercambios se realizan a través del trueque (intercambio de bienes y servicios sin la mediación del dinero), monedas sociales (forma de intercambio que asigna un valor a los bienes y servicios cuando el trueque no es posible) y moneda social + € (se utiliza el € teniendo en cuenta que será necesario en un marco de transición, ya que el cambio no puede realizarse de golpe).
Las cooperativas integrales en su práctica y en su filosofía participan también de los valores del llamado Decrecimiento:
“El decrecimiento es una corriente de pensamiento que cuestiona el capitalismo a través de desmentir que el crecimiento económico lleva a mayor bienestar y de demostrar que el crecimiento perpetuo es imposible en un planeta con recursos finitos. Al mismo tiempo el decrecimiento es un movimiento que agrupa a todos los colectivos y proyectos que tienen en común la apuesta por la reducción del consumo material, de la vuelta a lo local en todos los ámbitos de la vida y de la recuperación de las relaciones comunitarias como forma de cubrir nuestras necesidades fuera del estado y del mercado.” (Enric Durán)
“La propuesta del decrecimiento no se agota en la demanda de reducciones de los niveles de producción y de consumo en el norte rico. Implica la defensa paralela de principios y valores muy diferentes a los  imperantes hoy en día:
La primacía de la vida social frente a la lógica frenética de la producción, el consumo y la competitividad. Es difícil imaginar que esa primacía se consolida si antes no hemos conseguido salir, y con claridad, del capitalismo.
El ocio creativo, frente a las formas de ocio, siempre vinculadas con el dinero y con el consumo, que se nos ofrecen por doquier. En tal sentido, el decrecimiento acarrea una crítica radical de la mayoría de las formas que ha acabado por asumir la industria cultural que nos acosa por todas partes.
El reparto del trabajo, una vieja y clásica demanda sindical que infelizmente fue perdiendo fuelle con el paso del tiempo, como si el sálvese quien pueda hubiese penetrado de lleno en la práctica cotidiana de los sindicatos.
El establecimiento de una renta básica de ciudadanía –un ingreso mínimo que beneficie a todos- para atender a los problemas, innegables, que se revelarán al amparo de la aplicación de un programa de decrecimiento. La de la renta básica es, por lo demás, una propuesta lógica una vez se reconoce el derecho a existir, hay que garantizar ese derecho reconociendo otros que le den sentido pleno.
La reducción del tamaño de muchas de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte. La globalización capitalista, en su dimensión de proyecto claramente centralizador y mastodóntico, ha hecho posible un irracional crecimiento del tamaño de las infraestructuras, subvencionadas con recursos públicos en provecho de los intereses y de los beneficios de una minoría.
La recuperación de muchos de los elementos de la vida local frente, una vez más, a la lógica de la globalización en curso. Ésa recuperación debe asentarse en lugar central en una demanda de descentralización y descomplejización, y  debe traducirse en un renacer de la vida rural frente a las grandes ciudades forjadas en los últimos decenios. Entre las consecuencias de este proceso se hallará, por fuerza, la reaparición de fórmulas de democracia directa y autogestión.
En el terreno individual, la sobriedad y la sencillez voluntarias, dos elementos característicos de la vida de muchos de nuestros antecesores que han sido literalmente arrasados por la sinrazón del capitalismo y de sus reglas. No está de más incluir en este terreno  la defensa de proyectos que hacen de la lentitud –la educación lenta, la comida lenta- un aspecto poderosa y saludablemente articulador de la vida social recuperada.” (Carlos Taibo. “El decrecimiento explicado con sencillez”. Ed. Catarata)

“La velocidad es la cara oculta de la riqueza” (Paul Virilio).

GRUPO DE DECRECIMIENTO SAN JOSE