Profundizando en la
teoría del Decrecimiento y bajo el paraguas del nuevo movimiento social del 15M,
el Grupo de Decrecimiento de San José impulsa el proyecto de Cooperativa Integral Cabo de Gata para poner en práctica esta
nueva manera de entender la vida en todos sus aspectos. En la actualidad se
está tramitando la constitución legal de la Cooperativa, trabajando sobre los
posibles proyectos a desarrollar y recopilando toda la información necesaria para explicar
próximamente, en un acto de presentación, todos los detalles.
Tomamos como referentes
el movimiento de las ciudades en transición (Transition Towns) y otros
proyectos de cooperativas integrales que están funcionando o gestándose en
otros lugares. Entendemos que estos surgen como respuesta y alternativa al
abuso ejercido por el sistema capitalista a la dignidad de las personas,
combinando el ecologismo radical con las luchas sociales históricas
antiautoritarias y no violentas.
Son iniciativas de transición
que permiten construir una forma de vida donde ni la banca ni el estado serán
necesarios.
Ante la creciente
desnaturalización de nuestro entorno, las cooperativas integrales vuelven a
situar al ser humano y a la naturaleza en un primer plano.
Están apoyadas sobre
distintas formas jurídicas legales que permiten cubrir las necesidades vitales
de las personas que las conforman.
Frente a los valores
del capitalismo global como son: la competitividad, la explotación, el
crecimiento sin límites, la productividad, el hiperconsumo, las desigualdades
sociales… en las cooperativas integrales se apuesta por el altruismo, el
reparto del trabajo, la creatividad, el consumo responsable, la soberanía
alimentaria, la igualdad, la ausencia de liderazgos, la autosuficiencia, la
primacía de lo local y el respeto por los animales y el medio ambiente del que
todos somos absolutamente interdependientes.
Entre los objetivos de
una cooperativa integral está la creación de una red de intercambios de bienes,
servicios y conocimientos entre personas
y entidades sociales con la voluntad de recuperar la dimensión ética y humana
de las actividades económicas, impulsando una economía basada en la confianza,
la reciprocidad, la solidaridad, la cooperación y la ecología sostenible,
operando al margen de las reglas del mercado capitalista. Creando un espacio
donde crezcan los productos ecológicos libres de transgénicos y tóxicos en
general.
Alentando servicios
realmente necesarios para el día a día y proyectos de autoempleo vinculados a
las necesidades reales.
Las cooperativas
integrales son una puerta abierta para pasar a la acción, haciendo que las
personas seamos responsables de nuestra existencia a todos los niveles.
En cuanto al
funcionamiento y la metodología la idea básica es que si podemos autogestionar
la política también podemos autogestionar la economía.
En una cooperativa
integral se impulsa la democracia directa participativa, funcionando por
consenso o amplia mayoría, en un sistema asambleario que supone inclusión,
horizontalidad, ausencia de jerarquías y liderazgos, transparencia y debates
abiertos.
Las asambleas son
soberanas y todos los acuerdos son revocables.
Los intercambios se
realizan a través del trueque (intercambio de bienes y servicios sin la
mediación del dinero), monedas sociales (forma de intercambio que asigna un
valor a los bienes y servicios cuando el trueque no es posible) y moneda social
+ € (se utiliza el € teniendo en cuenta que será necesario en un marco de
transición, ya que el cambio no puede realizarse de golpe).
Las cooperativas
integrales en su práctica y en su filosofía participan también de los valores
del llamado Decrecimiento:
“El decrecimiento es
una corriente de pensamiento que cuestiona el capitalismo a través de desmentir
que el crecimiento económico lleva a mayor bienestar y de demostrar que el crecimiento
perpetuo es imposible en un planeta con recursos finitos. Al mismo tiempo el
decrecimiento es un movimiento que agrupa a todos los colectivos y proyectos
que tienen en común la apuesta por la reducción del consumo material, de la
vuelta a lo local en todos los ámbitos de la vida y de la recuperación de las
relaciones comunitarias como forma de cubrir nuestras necesidades fuera del
estado y del mercado.” (Enric Durán)
“La propuesta del
decrecimiento no se agota en la demanda de reducciones de los niveles de
producción y de consumo en el norte rico. Implica la defensa paralela de
principios y valores muy diferentes a los
imperantes hoy en día:
La primacía de la vida
social frente a la lógica frenética de la producción, el consumo y la
competitividad. Es difícil imaginar que esa primacía se consolida si antes no
hemos conseguido salir, y con claridad, del capitalismo.
El ocio creativo,
frente a las formas de ocio, siempre vinculadas con el dinero y con el consumo,
que se nos ofrecen por doquier. En tal sentido, el decrecimiento acarrea una
crítica radical de la mayoría de las formas que ha acabado por asumir la
industria cultural que nos acosa por todas partes.
El reparto del trabajo,
una vieja y clásica demanda sindical que infelizmente fue perdiendo fuelle con
el paso del tiempo, como si el sálvese quien pueda hubiese penetrado de lleno
en la práctica cotidiana de los sindicatos.
El establecimiento de
una renta básica de ciudadanía –un ingreso mínimo que beneficie a todos- para
atender a los problemas, innegables, que se revelarán al amparo de la
aplicación de un programa de decrecimiento. La de la renta básica es, por lo
demás, una propuesta lógica una vez se reconoce el derecho a existir, hay que
garantizar ese derecho reconociendo otros que le den sentido pleno.
La reducción del tamaño
de muchas de las infraestructuras productivas, administrativas y de transporte.
La globalización capitalista, en su dimensión de proyecto claramente
centralizador y mastodóntico, ha hecho posible un irracional crecimiento del
tamaño de las infraestructuras, subvencionadas con recursos públicos en
provecho de los intereses y de los beneficios de una minoría.
La recuperación de
muchos de los elementos de la vida local frente, una vez más, a la lógica de la
globalización en curso. Ésa recuperación debe asentarse en lugar central en una
demanda de descentralización y descomplejización, y debe traducirse en un renacer de la vida
rural frente a las grandes ciudades forjadas en los últimos decenios. Entre las
consecuencias de este proceso se hallará, por fuerza, la reaparición de
fórmulas de democracia directa y autogestión.
En el terreno
individual, la sobriedad y la sencillez voluntarias, dos elementos
característicos de la vida de muchos de nuestros antecesores que han sido literalmente
arrasados por la sinrazón del capitalismo y de sus reglas. No está de más
incluir en este terreno la defensa de
proyectos que hacen de la lentitud –la educación lenta, la comida lenta- un
aspecto poderosa y saludablemente articulador de la vida social recuperada.”
(Carlos Taibo. “El decrecimiento explicado con sencillez”. Ed. Catarata)
“La velocidad es la
cara oculta de la riqueza” (Paul Virilio).
GRUPO DE DECRECIMIENTO
SAN JOSE